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Hoy arranca el Puerta a Puerta - ¿conviene comprar artículos electrónicos importados con el nuevo sistema?




26/08/2016 |
El régimen está operativo y los argentinos ya pueden, tarjeta de crédito en mano y desde la comodidad de sus hogares, adquirir productos en China o Estados Unidos.

En pocos días más, comenzarán a llegar los primeros paquetes del exterior bajo el nuevo sistema de importaciones “puerta a puerta” que este viernes ya entró en vigencia.

Prácticamente aniquilado en los últimos años del kirchnerismo -que había apelado a una serie de trabas y restricciones para frenar las compras con plásticos en el exterior-, el servicio volvió de la mano del macrismo y ya levantó una ola de quejas desde el sector industrial.

Fabricantes de calzados, de indumentaria y hasta de electrónica se pusieron en pie de guardia apenas se conoció la letra chica del reflotado régimen que permite a los argentinos volver a convertirse en “microimportadores” con sólo tener una tarjeta de crédito habilitada en el exterior y acceso a Internet.

Mariano Kestelboim, reconocido consultor de la industria textil y electrónica, afirmó a iProfesional que el nuevo régimen se convertirá en una competencia que "dañará al entramado productivo y especialmente afectará a los fabricantes de indumentaria y calzado".

“En la Argentina hay casi 35 millones de tarjetas, con que 1 millón de titulares, es decir, menos del 3%, realice compras por cerca de la mitad del tope máximo permitido, estamos hablando de importaciones por casi u$s3.000 millones anuales. Esto equivale a un cuarto de las compras totales que realiza la Argentina en concepto de bienes de consumo”, graficó el experto.

Las empresas del rubro electrónica fueron de las primeras en ponerse en pie de guardia, dado que el regreso del “puerta a puerta” permite:

1. Cuando el envío es realizado por un courier (como FedEx o DHL) y es recepcionado en el domicilio:
   • Se permite hasta un máximo de cinco operaciones anuales.
   • No tiene franquicia.
  • El usuario debe abonar el mismo arancel que una empresa importadora (por ejemplo, en el caso de una notebook o una tablet, el 35%).
   • El valor de cada envío debe ser inferior a los u$s1.000 y pesar menos de 50 kilogramos.

2. En cambio, cuando el envío es realizado por un correo estatal extranjero (como es el de China) y en el país es distribuido por Correo Argentino (también para el caso de que la mercadería es recepcionada en el domicilio):
   • No hay límite en la cantidad de operaciones anuales.
   • Se cuenta con una franquicia de u$s25 por única vez.
   • Se tributa el 50% por sobre el excedente a esos u$s25.
   • El valor del envío no debe superar los u$s200 ni los 2 kilogramos.
  • En tanto, aquellos que quieran traer por el correo oficial mercadería por hasta u$s1.000 (límite 20 kilos) podrán hacerlo pero sin el beneficio de recibirla en el hogar. Deberán concurrir a la sede central.

El comprador debe generar el Volante Electrónico de Pago (VEP) sólo si el producto se compró vía correo oficial.

Sin importar por qué vía llega el producto al país, deberá comunicar en la web de la AFIP que recibió la mercadería dentro de los 30 días corridos.

Para ello debe contar con un CUIT/CUIL y clave fiscal, con un nivel de seguridad 3, para poder operar en la página del organismo.

De no confirmar la recepción de lo adquirido, no será posible recibir otro envío hasta tanto no subsane o justifique tal situación ante este organismo.

Otros tips a tener en cuenta

El temor, por cierto, se reforzó cuando el secretario de Comercio, Miguel Braun, pronunció una frase por demás elocuente: “Las personas tienen la libertad de comprar en el mundo por un monto de dinero razonable; el Estado recauda casi la mitad de lo que se importa, se introduce competencia de manera muy medida y sostenida en el tiempo que favorece al consumidor y no descuida a la producción nacional”.

Los conceptos “competencia” y “sostenida en el tiempo” calaron hondo entre los empresarios.

Además, generó mucha intranquilidad la declaración del ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, quien culpó a las firmas que operan en Tierra del Fuego, como BGH o LG, por el atraso tecnológico y los elevados precios de la electrónica.

Hay una realidad que todos los compradores deberán tener en cuenta: el sistema "puerta a puerta" tiene una "letra chica" muy amplia, que exige sacar cuentas cuando se quiera hacer "clic" y adquirir un producto en una página del exterior.

Conceptos como flete, impuestos, aranceles, franquicias y el comparativo con el valor disponible en el mercado doméstico, deberán ser analizados cuidadosamente antes de efectuar una transacción. 

Hoy día existe un amplio abanico de portales de comercio online, con base en China o Estados Unidos, que ofrecen precios competitivos, multiplicidad de marcas y una logística bien aceitada.

Sin embargo, al recorrer las principales páginas plagadas de artículos electrónicos y que hasta el 2014 recibían un aluvión de visitantes argentinos (tales como Amazon, DealExtreme, AliExpress o DhGate), la realidad indica que no siempre resulta más conveniente adquirir un producto en el exterior y traerlo con el sistema “puerta a puerta” que concretar la operación en un comercio local.

Esto responde a que hay dos variables que pegan directamente en el precio final y que terminan condicionando cualquier elección:

1. Transporte
La decisión de compra de un producto electrónico puede quedar supeditada al costo del flete, que muestra grandes diferencias según la plataforma de e-commerce que se elija.

En general, los tres portales chinos más visitados por los argentinos que ofrecen tecnología (AliExpress, DhGate y Deal Extreme) tienen la particularidad de no cobrar el envío hacia la Argentina por cualquier compra mayor a u$s15.

¿Cuánto cuesta este producto en una cadena como Frávega? En ese retail el mismo modelo se ofrece por $9.000.

Esto implica que si un argentino adquiere este producto en Frávega, deberá tener que pagar entre un 65% y un 70% más que optando por el servicio "puerta a puerta".

¿Cuánto cuesta esta misma tableta en la Argentina? Unos $19.000, es decir un 25% más.

Como se puede observar en el cuadro, dos productos comprados en Amazon e importados vía courier (la notebook y el proyector), si bien no tributan el impuesto del 50%, esto no significa que lleguen mucho más baratos.

Sucede que ambos dispositivos deben enfrentar un elevado costo del flete (de entre casi u$s300 y u$s400) y el máximo arancel externo, del 35%. Esto achica considerablemente el gap respecto de los valores que se manejan en los comercios de la Argentina.

En el caso de la notebook marca Lenovo, el precio final con el "puerta a puerta" es de casi $9.600, unos $1.400 menos que adquirida en un retailer local, como Frávega.

El proyector Viewsonic, en tanto, se recibiría en la puerta de la casa a un valor de $10.500, un 17% más barato que en un local porteño.

Al observar lo caro que resulta el flete (que en muchos casos hasta supera al valor del producto en sí), muchos argentinos lo que hacen es adquirirlo pero, en vez de solicitar su envío directo a la Argentina, lo hacen llegar a un amigo o a un familiar que esté en los Estados Unidos.

Luego, éste procede al despacho contratando un servicio de courier a un costo mucho menor.

En el caso de los smartphones, un usuario podrá “microimportar” un teléfono Samsung Galaxy S7 liberado, a través de DealExtrem.com, por u$s591 y sin gastos de flete.

Nacionalizado, este teléfono de alta gama valdrá entre $13.100 y $13.300, si bien el producto deberá ser retirado en la sede del Correo Argentino.

Claro que el ahorro que podría lograrse bajo el nuevo sistema implementado por la AFIP, cercano al 15%, deberá ser analizado en función de otras variables, como la garantía y el riesgo de que el producto llegue con desperfectos.

Si el comparativo se realiza en función de una tablet básica y de segunda marca, los números son más “finitos”, dependiendo de si se compra por primera vez en el año y se dispone de la franquicia de u$s25.

Un equipo económico comprado vía Deal Extreme puede conseguirse por apenas u$s37 y una tarifa de flete de tan sólo u$s1.

Si el comprador goza del tope a favor de u$s25, entonces ese dispositivo le terminará saliendo $670. En cambio, si ya hizo uso de la franquicia, el precio se eleva a los $850.
n el caso de una tablet de 16GB con sistema Android, BGH la vende en el mercado interno a $3.400.

En otras líneas de productos –como los discos rígidos externos- por más que el flete sea gratuito, el valor del producto importado se encarece lo suficiente como para quedar apenas por debajo o incluso levemente por encima del precio de un retailer local.

En el caso de un disco duro marca Toshiba de 500 GB, se consigue a casi u$s60 en AliExpress y sin costo de envío a la Argentina.
Si un comprador realiza una operación por primera vez en el año y utiliza la franquicia de u$s25, entonces este dispositivo llegará a la puerta de su hogar a un valor de $1.153 al tipo de cambio actual.

En cambio, si ya sobrepasó ese tope, entonces el impuesto interno se aplica sobre el 50% del valor de ese producto, lo que llevaría su desembolso hasta los $1.340.

Más caro, más riesgoso

Para Kestelboim, cuanto más costoso es el producto y más dinero hay involucrado en la compra, mayor será la aversión al uso del “puerta a puerta” para la tecnología.

Sucede que, pagar con tarjeta $10.000 por una notebook o casi $15.000 por un teléfono y esperar hasta por 60 días un producto que se despacha desde China o Estados Unidos, es una operatoria que, según Kestelboim, fácilmente generará desconfianza entre algunos usuarios.

“Cuando uno adquiere un artículo electrónico, como una computadora o un smartphone, hay mayores riesgos que si busca un par de zapatillas o una prenda”, afirmó el consultor.

“A esto hay que sumarle otro punto clave como la garantía, dado que el comprador se enfrenta a la posibilidad de que la mercadería llegue con desperfectos”, agregó el experto, en diálogo con este medio.

En cambio, bajo la visión de Kestelboim, los productos de menor precio, como la ropa, el calzado y los juguetes, “tendrán un atractivo extra, dado que se podrán realizar compras por un monto relativamente reducido”.

Esto mismo quedó de manifiesto en un informe elaborado por la CAME, que reveló la enorme brecha de precios entre la industria argentina y la de China en el rubro textil.

Por ejemplo, un vestido casual confeccionado en la Argentina hoy puede conseguirse a razón de $700.

Sin embargo, una prenda de similar calidad, aun tributando el arancel, llegaría directamente desde el gigante asiático a la puerta del comprador por menos de $300. Es decir que el producto nacional resultaría 140% más caro.

En el caso de las carteras, el gap puede ser del 120% y en calzados, de casi 65%.

Así las cosas, para Kestelboim serán las industrias locales productoras de indumentaria o zapatos "las más afectadas por la nueva competencia, porque hay menores riesgos vinculados con el correcto funcionamiento de un producto frente a lo que sucede, por ejemplo, con un artículo electrónico”.

Fuente: Iprofesional



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