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El Gobierno rechazará la pretensión de Brasil de liberar el comercio




12/02/2016 |
Prevé mantener la protección industrial, al menos a corto plazo; la semana próxima llega un ministro clave

En estas horas, el Carnaval será para Brasil uno de los pocos motivos de festejo. Cerrado el sambódromo, amanecerá otra vez la crisis económica e institucional que vive ese país. Con ese panorama, el gobierno de Dilma Rousseff enviará la semana próxima la primera misión a la Argentina para ampliar al máximo el intercambio comercial. Incluso, en el sector automotor, planteará la liberalización total.

El freno del mayor socio comercial preocupa a los industriales locales -que ven en el horizonte una mayor devaluación del real- y al Gobierno. Ayer, una alta fuente oficial anticipó a LA NACION que no aceptará liberar el comercio con Brasil, por lo menos en el corto plazo, y que mantendrá cierta protección con el objetivo de defender el empleo en el sector.

"Brasil es una gran preocupación. Como destino, muestra una caída de las exportaciones del 40%. Visto como origen, tiene una capacidad ociosa del 50%", advirtió la fuente del gobierno argentino, que participará de la reunión del jueves próximo, que será encabezada por los ministros de Producción, Francisco Cabrera, y de Desarrollo brasileño, Armando Monteiro Neto, entre otros funcionarios.

"No vamos a ir al libre comercio con al actual contexto", afirmó el funcionario, que además negó una mayor devaluación del peso para mejorar la competitividad local. Es que algunos expertos del país vecino estimaron ante el diario inglés Financial Times que, por la crisis económica, Brasil debería ir a una paridad de 5 reales por dólar y dejar atrás el nivel actual, en torno de 4.

Luiz Moan, presidente de la asociación nacional de fabricantes de autos Anfavea, afirmó la semana pasada a Reuters que había sugerido a sus pares argentinos reemplazar el actual acuerdo bilateral por un pacto de libre comercio para el sector.

El 30 de junio vence el acuerdo bilateral del mercado automotor entre la Argentina y Brasil, en el que rige un flex recíproco de 1,50 dólares (el monto de autos y autopartes que Brasil puede exportar al país sin pagar aranceles por cada dólar que la Argentina exporta a Brasil, y viceversa).

Los empresarios locales, como el Gobierno, se niegan al libre comercio y buscarán prorrogar un acuerdo similar al actual. Es más: las terminales locales buscan volver al flex asimétrico que rigió entre 2008 y 2013. "No hay espacio en el actual contexto y por la estructura de cada país a una apertura mayor que la que hoy existe", señaló un directivo del sector, que afirmó que es más probable que ambos gobiernos puedan combinar estrategias comunes para abrir nuevos mercados en Colombia y otros países de la región. Otra opción, estimaron, serían la Unión Europea y África.

"Hay que ser cuidadosos por cómo está hoy la situación de Brasil. Las mejores negociaciones no salen de estos contextos de crisis. Es muy factible que intentemos abrir juntos nuevos mercados, pero eso llevará tiempo", dijeron en el Gobierno. Otra opción es México, y allí viajó esta semana el secretario de Comercio, Miguel Braun.

"La intención en esta primera reunión entre los equipos de gobierno es tomar conocimiento de las necesidades de ambas partes. El tema fundamental va a ser el de los autos, y nuestra postura será defender el empleo", agregó la fuente oficial. En definitiva, el Gobierno estimó que no negociará bajo presión y ante la urgencia de Brasil, a pesar de que existe la intención de impulsar el vínculo en el mediano plazo. Incluso algunos creen que la debilidad brasileña es una oportunidad para equilibrar el intercambio entre ambos países.

"Va a ser una negociación complicada, sobre todo porque ellos tienen mucha capacidad ociosa", analizó el ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) Héctor Méndez, que tuvo empresas de ambos lados de la frontera. "Hay que defender la industria nacional y protegerla. Hay que buscar un punto de equilibrio, y para eso veremos la habilidad de empresas y del Gobierno", agregó.

"Si liberalizás el comercio en este contexto, te arrasan. Para eso, todo debería estar más ordenado", estimó el presidente de una exitosa terminal local, que además alertó que todo el mercado global, menos el estadounidense, prevé tener un año "más que complicado".

Fuente: La Nación



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